28 de febrero de 2014

Receta de cupcakes de fresas naturales con crema de queso y fresas

Vamos con la siguiente receta. Esta vez dulce, que estoy de antojo. La primera vez que me dio por hacer cupcakes estaba a punto de cumplir 30 años y necesitaba algo impresionante para culminar tal celebración. Estaba sin trabajo, volvía a vivir con mi madre y buscaba cosas diferentes para llenar esa etapa tan imprevista y emocionante. Encontré el blog de Alma Obregón y su receta de cupcakes de zanahoria y me obsesioné con hacerlos y, claro está, comerlos. Hasta que no hice mi primera hornada no descansé. Y desde entonces ha pasado un año en el que he probado muchas recetas, he llenado un armario con aperos de cocina y repostería y he horneado cientos de cupcakes buscando diferentes combinaciones de sabores y texturas.

Me pirran los cupcakes. Sobre todo los que llevan fruta. Y los de chocolate. Y los de fruta y chocolate ya ni os cuento. Pero me pasa algo curioso con ellos. Que jamás he probado ninguno. Ninguno que no sea mío, claro está. Así que no puedo saber si saben a cupcake o no. Lo que sí os puedo decir que siempre que los hago son un éxito absoluto y que a la vista, son monísimos. Sobre todo desde que he aprendido a usar la manga pastelera y mi boquilla de estrella abierta. Vamos con una de las últimas recetas, de las del 31 cumpleaños de Clara.

CUPCAKES DE FRESA CON FROSTING DE QUESO Y FRESA.
Lo primero es encender el horno (160º-180º) arriba y abajo y preparar la bandeja con los papeles para los cupcakes. Despejamos la encimera de la cocina y localizamos todos los ingredientes: mantequilla sin sal a temperatura ambiente, azúcar blanco, huevos, harina, levadura, leche, extracto de vainilla y fresas naturales. Para el frosting: mantequilla sin sal a temperatura ambiente, azúcar glass, queso crema tipo philadelphia y mermelada de fresa.

Batimos 55 gramos de mantequilla con 110 gramos de azúcar. Se puede hacer a mano, pero tiene que quedar esponjoso y bien integrado, podéis sacar músculo intentándolo. Yo utilizo mi megabatidora repostera, pero con las varillas de la batidora normal también sale. Una vez que esté bien batido, añadimos 2 huevos, uno a uno y seguimos batiendo hasta que esté bien esponjoso y tenga volumen. Es importante que no añadas el segundo huevo hasta que el primero esté integrado. Por qué es esto así, no tengo ni la más remota idea, pero todos los expertos así lo indican, y no voy a ser yo quién los contradiga. Algún día probaré a echar los dos huevos de golpe y que sea lo que dios quiera …

En otro bol tamizamos 100 gramos de harina normal y una cucharadita de levadura. Tamizar=echar en un colador la harina y dar golpecitos para que caiga bien lisa y sin  grumos. Una vez que lo tenemos, echamos la mitad de la harina en la mezcla anterior y ¡ojo! que esto sí lo he probado, es importante que este paso lo hagáis a mano, sin usar la batidora. El truco es integrar la harina en la masa húmeda poco a poco. Si usas la batidora corres el riesgo de sobrebatir la harina y luego los cupcakes se quedan muy duros.

Pues eso, habéis añadido la mitad de la harina y ahora toca echar 60 ml de leche semidesnatada en la que previamente hemos disuelto una cucharadita de extracto de vainilla (yo uso el de la marca Vahiné, no sé si es el mejor, pero se encuentra bien en cualquier supermercado y la relación calidad-precio es buena). Después de la leche incorporamos el resto de la harina. Por último, el toque final, un puñado de fresas naturales cortadas en trocitos muy pequeños. Mezclamos y listo, tenemos la masa.

Yo sigo las instrucciones de las expertas y uso una cuchara de hacer bolas de helado para llenar las cápsulas, pero con una cuchara sopera también puede hacerse. Llenas las cápsulas un poquito más de la mitad y al horno. El horno de mi madre es de crematorio, así que en 15 minutos están listos. Si el tuyo es un horno normal déjalos unos 20 minutos, abre cuando los veas doraditos y pincha con un palito (yo uso de brocheta). Cuando el palito salga limpio, es que están hechos. Sacas la bandeja, los dejas reposar 3-4 minutos y luego los colocas en una rejilla que no apoye en la encimera. En el Corte Inglés y tiendas especializadas las venden hipermegaprácticas. Pero como a mí me escuece gastarme 20 euros en una cosa que no vale para nada más que para enfriar cupcakes, os digo mi truco: pongo 4 vasos de la misma altura, apoyo la rejilla del horno que no he usado para hornear y la uso para enfriar los cupcakes. Y ya me he ahorrado dinero y hueco de un cacharro de cocina, que en una cocina compartida es algo con mucho valor.

Mientras que enfrían los cupcakes lavo la batidora (esta es la parte que menos me gusta) y la pongo en marcha con 100 gramos de mantequilla sin sal (temperatura ambiente) y 75 gramos de azúcar glas tamizada, hasta que se haya puesto la mezcla blanca y con mucho volumen. Tiene que quedar con textura de helado y si la pruebas no debe saber nada a mantequilla. Yo esto solo lo he conseguido con mi batidora después de 5 minutos batiendo a velocidad media-alta. Con la de toda la vida, la de hacer gazpacho, lo estuve intentando pero la mezcla sabía mucho a mantequilla y no me gustaba. Durante un tiempo estuve traumatizada porque pensé que el buttercream era eso y no entendía como a la gente podía gustarle. Es que no tenía la potencia suficiente; para el gazpacho si, para el buttercream se ve que no.

Cuando ya tengo mi mantequilla-helado le echo 150 gramos de queso crema y bato hasta que está todo integrado. Puedes probar a hacer las combinaciones de mantequilla-azúcar-queso que prefieras. Confieso que a veces lo hago a ojo o con la cantidad que tengo en la nevera y nunca me ha quedado mal. Toque final, un buen par de cucharadas grandes de mermelada de fresa y terminas de batir.

Y en este paso, pues te marcas una decoración cuki con la manga pastelera y una boquilla de forma de rosa, o le echas un buen pegotón de frosting de queso y fresa al cupcake y le das forma con la espátula. Queda más rústico pero ensucias menos. Cualquiera de las dos opciones es válida. A mí me encantan. A mi madre, ni te cuento.

Si los haces recuerda dejarme un comentario o una foto y contadme qué tal han salido. Y si te has atrevido a echar los dos huevos de golpe avísanos de los efectos devastadores que puede tener …

Clara (Cocinera) Como La Vida Misma

27 de febrero de 2014

Clara ausente, la historia de mi vida.

La historia de mi vida se resume en coger algo con mucha fuerza, darle vida y en un plazo corto de tiempo dejar que se muera. Las circunstancias para ello son diversas: unas veces me canso, otras me da la pereza, otras me deja de gustar ... Y a veces (reconozco que son menos las ocasiones) motivos que no puedo controlar me sacan de mi dinámica y no encuentro la manera de volver a entrar en ella. Todo este rollaco filosófico para justificar mi ausencia de dos semanas. Que muchos diréis: total, si nos tienes más que acostumbrados, no nos eches charlas y cuéntanos algo más interesante. Recibido. Os cuento algo. Decidid vosotros lo interesante qué es. 

Me encontraba yo en plena promoción de Clara, creando expectación con sorpresas varias, recibiendo a la vez ánimos e ideas para seguir escribiendo, cuando ocurrió un cataclismo. Y con cataclismo no me refiero a catástrofe. Me refiero a algo que gira tu vida 180 grados y te coloca en otro sitio en menos de 24 horas. Recibí un correo proponiéndome hacer una sustitución de baja por maternidad (la segunda en menos de un año, bendita natalidad) con incorporación inmediata, acepté, mandé documentación y en menos de 4 días ya había firmado el contrato, empezado las clases y estaba buscando casa. Sí, casa. Ah, es que no os he dicho que mi nueva Universidad está lejos de la anterior, la de siempre; muy al sur, y muy cerquita de la playa. No os doy más detalles que luego los fans se me esquizofrenan y pasa lo que pasa ...

La búsqueda de casa prometo contarla en post aparte porque se merece que os de todos los detalles posibles. Ahora ya tengo una casa en condiciones, y con 3 viajes más que demos cargados como gitanos, creo que quedará como un agradable hogar. Y un par de visitas a Ikea, que no hay casa de Clara que no tenga el toque sueco-moderno.

Y ya está. Buscar casa, organizar el traslado, preparar las dos asignaturas que imparto, mentalizarme de que me tengo que enfrentar a más de cien alumnos por clase, ubicarme en el campus (me he perdido ya 3 veces) hacer maletas y pedirle a mi madre tuppers y comida casera han sido las cosas que he hecho durante las dos últimas semanas. Y pensar que un día estaba sentada en mi casa enredando con el ordenador y que un mail cambiaría mi vida tanto en tan poco tiempo. Sobra decir que estoy encantada con el cambio. Que me encanta mi casa, mi trabajo, mis clases, mis alumnos, mi nueva universidad y mi nueva ciudad (tiene Ikea y playa, es perfecta). Que la felicidad completa vendrá cuando logre sacar un huequito para Clara más a menudo. Hoy lo he conseguido. Mañana más.

Clara Como La Vida Misma




13 de febrero de 2014

Receta de solomillo a la mostaza

Lo prometido es deuda. Todo este tiempo de retraso he estado dándole vueltas a qué receta elegir para inaugurar la sección, y tenía sentido que fuera una receta dulce, fruto de la catarsis repostera que me ha dado últimamente. Pero también es verdad que las dulces (aún) no son propias y ando probando de un sitio y de otro. Mi receta de inauguración es de una amiga que la vió en internet y la tuneó. Y me lo contó y yo la tuneé también, con lo que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Yo la he probado en varias versiones hasta dar con la definitiva y os aseguro que todos y cada uno de los comensales que la han probado, han repetido. Así que  vamos al lío. Qué necesitamos:

- 1 solomillo de cerdo.
- 1 paquetito de jamón serrano en taquitos (de esos que venden de dos en dos, pues uno de ellos).
- Un puñado de dátiles.
- Un paquete de bacon ahumado en lonchas.
- Mostaza a la miel (a mi me pirra la de Heinz, pero podéis usar la que más os guste). 
- Un chorro de aceite de oliva.

1) Cogéis el solomillo y lo ponéis encima de una tabla de cortar. Con un cuchillo afilado lo abrís tipo libro. Y aquí tuve yo mi primera crisis repostera, a ver qué narices es tipo libro. Madre al teléfono explicó que era cortarlo a la mitad a lo largo sin llegar al final, para luego poderlo cerrar. Sigo sin entender la similitud con el libro, pero bueno. Lo abrís así y le hacéis unos pequeños cortes en zig zag por dentro de la carne porque a continuación vais a pintarlo con mostaza, y así se va a impregnar mejor. Cogéis un pincelito y extendéis la mostaza por dentro del solomillo, sin que rebose mucho. 

2) A continuación, y eso es al gusto, picáis los dátiles, los mezcláis con el jamón en tiras y lo extendéis por dentro del solomillo, únicamente en la cara de abajo. La cantidad depende de lo que más os guste, pero es importante que no sea tanta como para que luego no pueda cerrarse nuestro libro-solomillo. Si os gusta más el jamón, pues más jamón. Si os gusta más el dátil, pues más dátil. Yo suelo hacerlo mitad y mitad y generosa. 

3) Cerráis el solomillo con el relleno dentro y ahora viene el paso que requiere más habilidad, pero si yo he sido capaz de hacerlo, seguro que vosotros no tenéis problemas. Hay que envolver el solomillo con las tiras de bacon, y que quede bien tapado. Cogéis una loncha, lo envolvéis y lo sujetáis con un palillo, así hasta que esté todo tapado y no se vea nada de carne debajo. A continuación lo colocáis en una fuente  y pintáis todo el bacon con el pincel de la mostaza, todo lo generosos que os apetezca. Por último, un chorrito de aceite de oliva y al horno. 

4) Primer patinazo de Clara Cocinera. No sé cuánto tiempo tiene que estar en el horno, porque dónde yo lo hacía era un horno como de la II Guerra Mundial y tardaba días en calentar. Pero más o menos calculo que a unos 180 grados unos 20-25 minutos. No lo pongáis muy pegado arriba que el bacon se quema. Cuándo veáis que el bacon está tostadito y ha soltado grasilla, pues ya está listo. A mi me gusta con la carne jugosa y poco hecha, si lo queréis más cocinado, pues más tiempo. Este paso es sorpresa, pero no tengáis miedo porque se ve perfectamente cuándo está listo, es cuestión de estar pendiente. 

Se saca, se corta en rodajas y se sorprende a los comensales. Receta facilita y resultona dónde las haya. Si lo hacéis porfirporfiporfi contadme qué tal os ha ido. Queda oficialmente inaugurada Clara Cocinera.

Clara Como La Vida Misma.

11 de febrero de 2014

Abrimos sección de quejas y halagos: Conecta con Clara

Madredemividaydelamorhermoso es lo que me sale cuando veo las estadísticas del blog. Que os digo que tengo sorpresas, le doy a esto un poco de vidilla y no veas como sube, ¡cómo la espuma! Y yo sin poder apenas dedicarle tiempo, pero es que llevo una semana un poco movida con cosas atrasadas, trabajos importantes y compras varias. Y estamos a martes, no digo más. Sé que tenía pendiente la primera receta de la nueva sección Clara Cocinera, pero que sería de mí sin haceros esperar, sin poneros el caramelo en los labios y largarme sin dar noticias, sin llegar tarde a algún sitio ...

Pues eso, que sigue sin darme tiempo poneros la receta en condiciones. La sección va a pasar a llamarse Clara Cocinera Fantasma. O Clara Cocinera sin recetas. Lo que más os guste. Pero para que no os quejéis tanto (o al revés, sí lo hagáis) os abro otra sección nueva ya lista, Conecta con Clara. Me tenéis en facebook, en twitter y en esa herramienta que adoro y que no se cómo he vivido sin ella hasta ahora que es Bloglovin (un día de estos, prometo contaros qué es). Pero por si os parece poco y aún así tenéis que contarme algo por mail (previa lectura de instrucciones de uso) podéis hacerlo fácilmente. Solo tenéis que pinchar en la Clarita pensativa y ¡¡voilà!! (siempre me ha encantado esta expresión) se os abrirá vuestro correo electrónico y ya está, podéis mandarme lo que os apetezca, que yo prometo contestar. Lo que no sé es cuándo. 

Feliz tarde. Me voy a yoga. En ayunas, por supuesto. 

Clara Como La Vida Misma

9 de febrero de 2014

Segunda sorpresa desvelada: Nuevas secciones del blog

La cara de Clara se ha convertido en la segunda historia más leída del blog, lo que confirma mi poder para crear expectación. Tengo una amiga que lleva sufriendo desde la semana pasada con la sorpresa, y como soy única para guardar secretos pues no le he dicho nada, ni una pista, ni un detalle. Ya no os hago sufrir más, desvelamos la segunda sorpresa, que en realidad son dos: las nuevas secciones del blog. 

La primera no tiene mucha ciencia, y es la sección de Clara Mexicana, en la que aparecen todas las aventuras que vivió Clarita en el país de los tamales y el tequila. Si recordáis, el viaje a México supuso una de las tantas vueltas a la blogosfera y para mi gusto (aunque no soy objetiva, todo hay que decirlo) algunas de las historias más divertidas que he contado en este largo tiempo. Me parecía interesante tenerlas todas juntitas en alguna parte, y de paso comprobáis todas las posibilidades que tiene el logo de la nueva imagen (me encanta). Son historias antiguas que ya habéis leído pero que seguro que os vuelven a sacar alguna sonrisa. Y quién sabe si pronto, podremos ampliar la sección.

La segunda tiene algo más de novedad. Y viene al hilo de la vena repostera-cocinera que me ha surgido en el último año: es Clara Cocinera. Para mi, los libros de recetas han quedado obsoletos y si usas google para buscar alguna receta o truco te van a salir millones de resultados. Hay blogs de cocina buenísimos de personas anónimas que nada tienen que envidiarle a cocineros con estrellas michelín. Yo tengo algunos de obligatorio paso que ya os iré enseñando, y a los que recurro para hacer mis experimentos culinarios. 

¿Y si hay tanta oferta en internet, qué se cree Clara?¿que va a convertirse en cocinera reputada a través del blog?¿que de aquí va a transportase a masterchef y a montar un restaurante? Pues no. O al menos no inmediatamente (sigue con la perra del libro y de ahí no la sacas). Pero cuando pongo en prácticas todas esas recetas siempre echo de menos que sean algo más fáciles y que te cuenten truquitos como que no debes meter las manos en la masa antes de engrasar el molde porque luego vas a estar tan pegajosa que lo vas a quedar todo echo un asco. Cosas obvias, como la vida misma, pero en las que no caes hasta que no estás empantanada en la cocina. 

Resumiendo, que esto se alarga y se me despistan los lectores: una sección de recetas propias y ajenas, con mis blogs de cabecera, mis trucos infalibles y alguna sorpresita que irá surgiendo. Acepto colaboraciones, no digo más. Me apetecía mucho compartir mis avances culinarios con mis lectores, a ver qué tal sale el invento. Mañana a primera hora, la primera receta de la sección. Vamos a probar una de las propias.

Y la tercera sorpresa ... pues con el éxito que he tenido con las dos primeras, creo que voy a haceros sufrir algunos días más ...

Clara Como La Vida Misma


8 de febrero de 2014

Primera sorpresa desvelada: le ponemos cara a Clara

Bueno, pues ya está. No me he podido aguantar hasta mañana. Y eso que lo he intentando. De verdad. Pero tenía una cosa que me quemaba por dentro y tenía que salir y 24 horas antes de lo previsto, aquí la tenéis. No hace falta deciros nada, antes incluso de leer el título de esta entrada, ya habréis descubierto lo que es ...

¡¡¡¡¡LE HEMOS PUESTO CARA A CLARA!!!!!

Y yo estoy total y absolutamente enamorada de ella. Me encanta. Llevo una semana soñando con ella. Pensando a todas horas en el momento en el que lo compartiría con vosotros. En los cambios del blog. En las secciones nuevas. En el rediseño de la imagen. En la página del facebook. En lo guapa y vital que es mi Clarita. Lo dicho, me encanta. 

Tengo que darle las gracias al creador gráfico de Clara, que de manera voluntaria y totalmente desinteresada se ha prestado a darle forma y ha diseñado toda una identidad visual corporativa para nosotras. Sin perder ni un ápice de profesionalidad y rapidez en los cambios. Atendiendo con paciencia mis peticiones, aunque reconozco que apenas he tocado el diseño inicial porque ya os he dicho que me encanta ¿no os lo he dicho? pues eso, que me pirra mi Clarita.

Desde que retomé el blog vengo dándole vueltas a las formas en las que podía darle el impulso que necesitaba; tengo que reconocer que este (gran) paso ha sido fundamental para poner en marcha un engranaje con un montón de ideas para crecer y llegar a más gente. Que la vida está muy mala y yo sigo con la esperanza de salir de aquí con un libro debajo del brazo. 

Lo más genial es que, aunque alguna vez había manifestado la idea de darle forma gráfica a Clara, esta iniciativa ha surgido de su diseñador y para mi ha sido toda una sorpresa encontrarme con este regalo que entraba en mi vida y en mi mente hace apenas una semana. Creo que ha sabido plasmar la energía y vitalidad  de Clarita. Sin ideas ni peticiones previas. Cómo la ve él. Y eso es lo mejor. Gracias, de todo corazón. Es el mejor regalo que podías hacernos a las dos.

No me enrollo más que tengo que seguir preparando las sorpresas que Clara. Recordad que os avisé. Hay tres. Esta es solo la primera. Eso sí, es la mejor.


6 de febrero de 2014

Consejos para una clase de yoga

Vaya tardecita que se ha quedado. Como para salir a la calle. A mi, las tardes como esta me da por meterme en el brasero, ponerme la tele de fondo y dedicarme a mis labores. Las que toquen ese día. Pero en casa, que fuera es el mismísimo averno (esta es una expresión que le escuché una vez a mi cuñado y me pirra, siempre que puedo, la uso). Pues eso, el averno fuera y yo en el brasero haciendo cositas, que además tengo una larga lista de tareas pendientes. Pero tengo que darme prisa porque en un par de horas me voy a yoga. Sí, no me miréis así, he dicho a yoga. Dos veces por semana, durante hora y media, me meto en una habitación con un puñado de mujeres de todos los pelajes y entrego mi cuerpo y mi mente a tan genial disciplina. La verdad es que yo, que soy antideporte, le he cogido gusto a esto del yoga, y es que la mitad de la clase es tumbada en el suelo, y la otra mitad, pues seamos sinceras, tampoco sudas mucho. O sea que es deporte, pero no cansa. Y viene estupendamente para estar más ágil, más elástica, más centrada ...

Tampoco ha sido así todo el tiempo. Al principio sufría bastante. Lo que pasa es que ya me he resignado a que hay algunas partes de mi cuerpo que jamás se tocarán con otras, y una vez asumido eso, la presión desaparece. También he aprendido algunos truquitos. Uno de los más importantes, es ir en ayunas. O sea, que la tarde de yoga no se merienda, porque podemos tener ... digamos ... momentos tensos. La última vez que se me ocurrió meterme un tazón de cereales antes de la clase (pensando, ilusa de mi, que los cereales bajarían en una hora) me dio lumbago y estuve dos días sin poder moverme. ¿Y cómo metemos en la misma ecuación chocokrispis + yoga = lumbago? Pues yo os explico:

Llegas a yoga, empiezas el precalentamiento. Te vas moviendo y vas notando ruidos raros en tu cuerpo. Te mueves más. Suena peor. Intuyes que son gases y prevees que te van a dar problemas. Termina el precalentamiento. Te tumbas. Los gases campan por tu cuerpo a sus anchas y quieren (obviamente) salir. Tú aprietas para que se queden dentro, que no es plan de desahogarte en plena función. La profesora comienza a dar indicaciones. Es muy importante que para los ejercicios siguientes tengamos el abdomen bien colocado y bien duro. Como lo coloques, te pees. Así de claro (llevo un rato intentando encontrar una manera elegante y fina de decirlo, pero es que no la encuentro). O aprietas una cosa para levantar las piernas, o aprietas otras para no dar el espectáculo. Y claro, eliges no dar el espectáculo y levantas las piernas a tu aire.

Y así, 35 movimientos más en los que "chicas es MUY IMPORTANTE que la pelvis esté en su sitio y apretéis bien para no HACEROS DAÑO". Claro. Mira la lista. Y también es muy importante apretar otras zonas de tu cuerpo para que esto no se convierta en el Circo del Sol. Encima me he movido tanto que parece que mis gases se han multiplicado y tengo la sensación de que si me ponen una cuerdita me puedo ir a casa volando, como un globo. Pues eso, que no he apretado y tenido en su sitios los huesos-músculos-tendones que tenía que tener, y me ha dado un lumbago...

Fin de la tortura. Llegué a casa, me metí en la cama y así estuve los tres días siguientes hasta que se me pasó. La semana siguiente volví a clase y por supuesto no dije ni mu, pero he tenido la precaución de advertir a las nuevas de lo importante que es ir con el estómago vacío a yoga ... si no queréis daños colaterales...

Os recuerdo que tengo tres sorpresas guardadas que desvelaré al final de la semana. No una, ni dos, sino TRES cosas estupendas que tienen que ver con Clara y que quiere compartir con sus lectores. Ya queda menos para desvelar el secreto. Mientras tanto, ya sabéis: brasero, labores y nada de chocokrispis. 

Clara Como La Vida Misma.

3 de febrero de 2014

Bienvenido febrero

Ha empezado el mes más bonito del año (por muchas razones) y ya me ha traído unas cuantas sorpresas. Ayer, una de ellas entraba vía redes sociales y cuando veía el móvil no me lo podía creer. Es tan genial que no sé si voy a poder esperarme a contároslo, pero hay que tener paciencia y hacer las cosas bien, por lo que aún os quedan algunos días para saberlo. Otra de ellas es mía, para mis lectores, y tengo que darle algunas vueltas (masticarlo bien que diría mi padre) antes de compartirla. Pero os va gustar. A mi me encanta.

Entonces, estaréis diciendo ahora, si no nos vas a decir nada, ¿a qué viene esta entrada? Pues que tengo que cumplir con mi compromiso de escribir a menudo, que las cosas geniales que me han pasado no las puedo contar (aún) y que lo que puedo contar, no es genial ni digno de ser escrito en el blog. No os quejéis tanto, al menos he pasado a saludar, y a desearos un estupendo mes de febrero.

Clara Como La Vida Misma.