12 de mayo de 2009

Dos minutos

¿Sabéis eso que dicen de que puedes tardar muy poco en suspender el examen de conducir? Pues se puede, doy fe. Exactamente puedes cagarla 2 minutos después de haber comenzado. Es fácil, muy fácil, pero para ello tenéis que seguir unos pasos básicos que yo os explico a continuación.

Lo primero y básico es que vayas nerviosa, muy nerviosa, desencajada. Si además has estado el día antes tan normal y tranquila y los nervios te aparecen de golpe, pues mejor. Notarás como una oleada de pánico te inunda en el justo momento que te abrochas el cinturón, un nudo en el estómago que antes no estaba ahí. Eso te facilita mucho el segundo paso. Busca aparcamiento. Pero no te vale cualquiera, tiene que ser estrechito, a ser posible en una curva y con los coches en diagonal. En batería, que eso se estila menos y puedes cagarla con más facilidad. Si ves que el coche no cabe, que le das al de al lado, no se te ocurra salir y buscar otro sitio, eso nunca. Haz alguna maniobra absurda, que no valga más que para meter el coche peor y que luego seas incapaz de hacer ningún movimiento sin darle al de al lado. Si me hacéis caso y seguís los pasos, en menos de 2 minutos podréis escuchar al examinador "reanude la marcha y haga una parada cuando le sea posible ..."

Ese ha sido mi examen de hoy. Ha durado exactamente dos minutos, y me ha dado tanta vergüenza que luego me he puesto hasta colorada y todo. Pero tampoco el mundo se ha parado hoy, y no tengo más remedio que volver a examinarme. Con menos ánimo, más cansancio y una batería de amuletos a la que hoy se suma una estampita de un santo. Sí, me habéis leído bien, un santo. Concretamente San Judas Tadeo, que me ha regalado quien si ha aprobado detrás de mi y que dicen protege a los imposibles. Pues este señor a este paso, conmigo va a tener tela de trabajo, pronto está pidiendo un aumento ...

Mi futuro esposo me dice que no me preocupe, que él antes de poder emular a Carlos Sainz en las calles de nuestro barrio, lo intentó 4 veces, y que cree yo estoy siguiendo sus pasos. Eso significa que si sigo sus pasos, la próxima vez no me dará ni tiempo de salir del aparcamiento y ya estaré suspensa. Por San Judas de los Imposibles que no me pase eso, que la tercera no me da tiempo de llegar a casa antes de ponerme a llorar ...

Pues eso, que en dos semanas volvemos a intentarlo. Será la definitiva. O no. Yo que sé. Como anécdota, de cuatro novatos solo una ha salido airosa, y era su tercer intento ... yo al menos no me he metido en dirección contraria.
 

Solo ha habido un instante en la mañana en la que sí se ha parado, por unos segundos, el mundo entero. Y luego ha continuado, pero ya con la falta de uno de los grandes, de los mejores. Te voy a echar mucho de menos. Todos lo haremos. De sol, espiga y deseo son sus manos en mi pelo. De nieve, huracán y abismos, el sitio de mi recreo ...

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